22.02.11 17:45 Antiguedad: 1 yrs

Sudán del Sur ha nacido, el movimiento ecuménico es necesario para la construcción de la nación

 

De izquierda a derecha: Rev. James Lagos Alexander, Rev. Samuel Kobia y Obispo Robert Aboagye-Mensah.

Líderes religiosos africanos elogiaron a los organismos ecuménicos el mes pasado – especialmente al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) – por ayudar a crear "el milagro" de la independencia de Sudán del Sur.

 

Advirtieron, no obstante, que "el camino es todavía largo" y se necesitará el esfuerzo continuado de la comunidad ecuménica durante algún tiempo en el futuro.

 

En el referéndum del 9 de enero casi el 99% de los votantes de Sudán del Sur – cuya población es predominantemente cristiana y animista – eligió separarse del estado Islámico de Sudán cuya capital Jartum se halla en el norte.  Al hacerlo crearon la nación más nueva del mundo.

 

Con arreglo al Acuerdo General de Paz de 2005, la independencia oficial con respecto a Sudán llega el 9 de julio, momento en que se espera que la nación reciba el nombre de República de Sudán del Sur.

 

"Al final del día, damos gracias a Dios por poner fin a toda esta guerra", dijo el Rev. James Lagos Alexander de la Iglesia Africana Interior con sede en Jartum, en una concurrida conferencia sobre el Sudán organizada durante la reunión del Comité Central del CMI en Ginebra, Suiza.

 

"El referéndum demostró que los sudaneses del sur son capaces. Por favor, continúen acompañándolos”, dijo.

 

El referéndum pone fin a casi 60 años de un obstinado conflicto, que incluye dos guerras civiles padecidas durante tres decenios (1963-1972 y 1983-2005), en este país  que consiguió su independencia de los gobiernos británico y egipcio en 1956.  Durante estos años murieron más de 2 millones de sudaneses y 4 millones quedaron desplazados.

 

El hecho de que el referéndum se realizara pacíficamente y según lo programado se atribuye en gran medida a los líderes religiosos africanos y a las organizaciones ecuménicas de la región y de toda África.

 

Este esfuerzo ha sido liderado por el Foro Ecuménico de Sudán – creado en 1995 en medio de la segunda guerra civil –, la Conferencia de Iglesias de Toda África, el Consejo de Iglesias de Sudán y, más recientemente, el equipo diplomático del Foro Ecuménico dirigido por el enviado ecuménico especial, Rev. Samuel Kobia, exsecretario general del CMI.

 

El referéndum fue exigido por el Acuerdo General de Paz de 2005 entre el norte y el sur, en el que actuaron como mediadoras las iglesias.

 

"Ya en 2009, era evidente para las iglesias de Sudán que los preparativos [para el voto] no iban bien", dijo Kobia, "por ello apelamos a la comunidad ecuménica internacional para que rescatara el Acuerdo General de Paz".

 

El equipo del Fondo Ecuménico de Sudán se movió rápidamente en cuatro direcciones, dijo Kobia: asegurando que todas las partes en el Acuerdo siguieran comprometidas en celebrar el referéndum según lo programado, en la creación de una atmósfera de paz para la votación en todo Sudán del Sur, en la promoción de la unidad de intenciones para el voto, y en la organización de un esfuerzo de educación de los votantes.

 

"Fue esta la primera vez que votaron la mayoría de los sudaneses", dijo Kobia, "por ello las iglesias mandaron 350 observadores; no creo que ninguna elección haya sido observada tan de cerca en ningún lugar".

 

La conclusión universal de que el proceso de votación fue válido, dijo Kobia, significa que "no hay nadie que ponga en duda los resultados. El primero en reconocerlo fue Omar al-Bashir", añadió, refiriéndose al Presidente de Sudán que se había resistido obstinadamente al referéndum durante mucho tiempo.

 

Ahora hay que centrar la atención en el 9 de julio de 2011, en que comienza la construcción de la nación de Sudán del Sur. Kobia señaló ocho cuestiones fundamentales que es preciso resolver después del referéndum.

 

Tales son una aplicación del referéndum en el estado fronterizo, rico en petróleo, de Abyei y demarcaciones más exactas de la frontera, un acuerdo de repartición de los beneficios del petróleo, la gestión del agua, liquidación del endeudamiento, acuerdos de ciudadanía y acuerdos internacionales y de seguridad.

 

Las iglesias que han participado tanto para facilitar el proceso de paz "deben iniciar un proceso de discernimiento sobre cómo acompañar solidariamente al pueblo en la construcción de la nación", dijo Kobia.

 

Y manifiesta su preocupación por los cristianos del norte, donde es inevitable un endurecimiento de la ley Sharia. "Jartum no quiere conceder ningún derecho a los cristianos en el norte", afirmó. "Muchas iglesias y escuelas cristianas están ahora vacías, pero seguimos teniendo una vibrante comunidad cristiana en el norte, por lo que estamos hablando con la Conferencia de Iglesias de toda África y el Consejo de Iglesias de Oriente Medio para determinar la forma mejor de apoyar a nuestras hermanas y hermanos del norte".

 

Las iglesias y la comunidad ecuménica tendrán una función decisiva que desempeñar en un futuro previsible, dijo el Obispo Robert Aboagye-Mensah, metodista de Gana y vicepresidente de la Conferencia de Iglesias de toda África.

 

"Es importante”, afirmó, “comprender la importante función de la iglesia para hacer posibles estos cambios. Si la iglesia no hubiera acompañado a los sudaneses, no habría sido posible el Acuerdo General de Paz y no se habría celebrado el referéndum. Ahora que se ha construido esta nueva nación, el mensaje de los sudaneses a la iglesia es '¡por favor, no nos abandonen!'"

 

Iglesias miembros del CMI en Sudán

 

Más información sobre la reunión del Comité Central

 

Fotografías de la reunión