20.05.10 16:11 Antiguedad: 2 yrs

En busca de una paz con justicia

 

El obispo católico Algermissen y el secretario general del CMI Tveit durante el foro "Cómo construimos la paz?" en el segundo 'Kirchentag' ecuménico. Foto: Olivier Schopfer/CMI

"Nuestro compromiso con la paz, como iglesias y como cristianos, es algo que hemos heredado por nacimiento, es más, desde el nacimiento del niño de Belén", dijo el obispo Martin Schindehuette de la Iglesia Evangélica en Alemania, hablando durante un foro dedicado a la Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz durante el Segundo Kirchentag (o convención eclesial) Ecuménico celebrado en Múnich del 12 al 16 de mayo.

 

El foro involucró a los participantes en el Kirchentag en debates en grupo con militantes por la paz, políticos, obispos y representantes del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) sobre los distintos aspectos de una "paz justa". Será éste el centro de atención de la Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz que se celebrará en mayo del año próximo por invitación del CMI en Kingston, Jamaica.

 

La idea de una paz justa presenta una alternativa al concepto de "guerra justa", según el cual se puede justificar la guerra en determinadas circunstancias.

 

En un debate grupal bajo el título "¿Cómo construimos la paz?", el obispo católico de Fulda, Dr. Heinz Josef Algermissen, presidente de Pax Christi Alemania, expresó la preocupación de que la guerra pudiera volver a ser aceptable. Lamentó que no hubiera prácticamente ningún debate sobre esta cuestión en la sociedad.

 

Con respecto a Afganistán, dijo: "No construiremos la paz mientras siga habiendo una violencia estructural". Continuó diciendo que es preciso preguntar "¿cómo creamos justicia en Afganistán?", y añadió que no se puede asegurar la justicia mientras se siga gastando mucho más dinero en la intervención militar.

 

La seguridad sin paz se convierte en opresión

 

El presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, Dr. Nikolaus Schneider, añadió que la intervención militar no crea paz, porque "seguridad no es [lo mismo que] paz". A su juicio, no puede haber paz sin seguridad, pero "la seguridad sin paz se convierte en opresión".

 

El secretario general del CMI, pastor Dr. Olav Fykse Tveit, explicó que el concepto de paz justa puede aplicarse a otras situaciones además del debate alemán sobre Afganistán. Por ejemplo, a la violencia en la República Democrática del Congo, o al conflicto entre Israel y los palestinos.

 

Añadió que las iglesias de Alemania tienen una importante contribución que aportar porque conocen desde su propia historia lo importante que es el respeto de los derechos humanos y así pueden comprender los problemas de los palestinos. Asimismo, conocen la responsabilidad especial que los cristianos tienen con respecto a los judíos y han fomentado cuidadosamente las relaciones con ellos. "Las iglesias alemanas pueden comprender por qué este conflicto es tan difícil de resolver, pero también que es preciso resolverlo."

 

Paz en las comunidades, en el mercado y con la tierra

 

La paz entre las naciones es sólo un aspecto del concepto de paz que las iglesias han ido desarrollando a lo largo del Decenio para Superar la Violencia 2001-2010. Para hacer que la paz sea una realidad duradera, es necesario también educar sobre las relaciones de paz en la vida cotidiana, acabar con la violencia de las estructuras económicas explotadoras y poner fin a la relación destructiva con el mundo creado.

 

Schneider citó el comercio justo como un ejemplo de éxito: comenzó con la venta de unos pocos productos después del culto en las congregaciones eclesiales y, desde entonces, se ha afirmado en general en la sociedad.

 

Acerca del problema de la educación para la paz, Nicolau Jemusse Luis, dirigente del programa “Transformaçaõ de Armas en Enxadas” (Transformar armas en azadas) del Consejo Cristiano de Mozambique, dijo: "Quiero plantearles a ustedes un desafío: dejen de comprar armas de juguete para sus hijos, recojan todos los juguetes que tienen forma de armas y destrúyanlos."

 

A este llamamiento adhirió Gisela Mayer, portavoz de un grupo de acción de padres y madres en luto en su ciudad. Éstos emprendieron una campaña encaminada a crear un entorno más pacífico para los niños, después de que en marzo de 2009 un alumno disparara a su hija, que era maestra de escuela, y a varios de sus condiscípulos.

 

"¿Qué clase de seres somos nosotros, que vemos la práctica del matar con eficiencia como un placer o una actividad deportiva?", preguntó Mayer. Y añadió: "¿qué necesitan nuestros hijos para no necesitar violencia?" Ella expresó la esperanza de que, para la Convocatoria por la Paz, las iglesias envíen un mensaje claro y expreso "de que la lucha por la paz nunca terminará y, exactamente por esa razón, debe comenzar de nuevo cada día".

 

Las experiencias de trabajos en favor de la paz realizados en distintos sectores, que han sido recogidas por las iglesias durante el Decenio para Superar la Violencia, se incorporarán en una "Declaración sobre una Paz Justa".

 

"Esta declaración representará un intento de mantener viva la conciencia sobre lo que hemos aprendido", dijo el pastor Dr. Konrad Raiser, ex secretario general del CMI y coordinador del grupo internacional que redacta la Declaración. Según explicó, la finalidad del Decenio, que se inauguró en un acto simbólico celebrado en Berlín en 2001, fue "trasladar la esperanza de la paz de la periferia al centro de la vida de la iglesia".

 

Una ola de oración por la paz en todo el mundo

 

La conclusión del Foro de la Paz en Múnich se señaló con una invitación a formar parte de una ola cristiana de oración por la paz en mayo de 2011. Durante las oraciones de la tarde sobre el tema "gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra", el obispo Schindehuette pidió a todos que actuaran como los pastores de Belén y transmitieran el mensaje de paz el domingo durante la convocatoria por la paz, 22 de mayo de 2011, en Kingston o en su propia localidad.

 

Se invitó a las congregaciones eclesiales de todo el mundo a que se unan ese día en oración por la paz. "Una ola de oración partirá desde Jamaica, no como la ola que hacen los simpatizantes de fútbol en los estadios, sino una ola de Ora et Labora, orar y trabajar. Juntos debemos orar y trabajar por la paz", concluyó Schindehuette.

 

El arzobispo de Friburgo, Dr. Robert Zollitsch, dio la bienvenida a la idea de que en el llamamiento a la oración por la paz participen no sólo las iglesias miembros del CMI, sino también la Iglesia Católica de Alemania. Como presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, se comprometió a examinar el texto de la oración con sus colegas obispos.

 

 

Más información sobre las actividades del CMI en el Kirchentag

 

Sitio web del Segundo Kirchentag Ecuménico

 

Iglesias miembros del CMI en Alemania